En tiempos en los que el mundo se conecta más fácil (gracias a internet, a las redes sociales), el deseo, ¿o necesidad?, que tienen los países de controlar su espacio cibernético es cada vez mayor.
Potencias como China o Rusia, y otros de menor estatus como Corea del Norte, están enfocados en realizar acciones para fortalecer su poderío en el campo digital y defender, según dicen, sus intereses.
Pero, puntualmente, qué es eso que se denomina como ‘cibersoberanía’ y qué de positivo o negativo tiene
«El tema de la ‘cibersoberanía’ es una línea delgada entre la seguridad y la falta de privacidad»
La definición
David Pereira, presidente de la empresa de ciberseguridad SecPro, explicó que la ‘cibersoberanía’ “tiene que ver con que cada país controle el uso de internet dentro de sus fronteras y todo lo que pasa en su espacio cibernético, electromagnético y de telecomunicaciones”.
Gregorio Patiño, vicepresidente de Nuevos Negocios de la compañía tecnológica Pragma, dijo que, desde la aparición de internet, existen muchos más riesgos de vulnerabilidades alrededor de las plataformas tecnológicas.
“Todo lo que le da vida a una nación, a un estado, está controlado con tecnología, por eso es necesario tener soberanía sobre esos activos digitales y evitar riesgos, ya sea provocados por gobiernos externos o grupos de hackers”, agregó.
Patiño recordó la película ‘Duro de matar 4.0’, protagonizada por Bruce Willis y en la que un grupo de piratas cibernéticos intenta tomar el control de todos los sistemas estadounidenses: financiero, redes de transporte y eléctricas.
“Eso es ficción (la película), pero es muy factible que suceda en la vida real y por eso se quiere tener control del ciberespacio”, complementó.
Los ‘cibersoberanos’
Según los expertos y agencias como Bloomberg, China es el ejemplo perfecto de un país que ejerce la ‘cibersoberanía’: censura el discurso en la web, elimina eventos históricos, limita sitios de noticias, motores de búsqueda, portales de compras y plataformas sociales.
“El gobierno chino tiene bloqueados Google y Twitter. El tema de la ‘cibersoberanía’ es una línea delgada entre la seguridad y la falta de privacidad”, señaló Patiño, al tiempo que analizó que este tipo de acciones dependen de la cultura de cada nación: “allá se sienten tranquilos con esas políticas”.
Pereira, por su parte, puso el ejemplo de Corea del Norte, “un país que también limita con proxys los accesos que la gente tiene en cuanto a lo digital”.
Otros casos son los de Rusia, donde se aprobó una ley que permite gestionar el tráfico de internet en todo el país; Francia, donde hay un grupo que trabaja en pro de la protección de los datos digitales; India, donde se exige a las firmas de pagos en línea almacenar datos exclusivamente en servidores locales; Vietnam y Tailandia, donde están adoptando medidas de control de contenido como las chinas; y Estados Unidos, “donde se ponen sanciones a multinacionales extranjeras como Huawei aduciendo riesgos en la seguridad nacional”, manifestó Patiño.
¿Y en el caso de Colombia? Pereira respondió que “nuestro internet traspasa fronteras sin problema y no estamos limitando, en absoluto, el acceso a nuestras redes”.
¿Bueno o malo?
Cuando nació internet, la concepción era la de tener una red libre, para todos, transparente, descentralizada. Sin embargo, ¿eso podría cambiar con la ‘cibersoberanía’?
“Con esta práctica, se podrían evitar contenidos maliciosos de otros países, se disminuirían ataques y ciertos tipos de tráficos”, resaltó Pereira.
No obstante, agregó, “si el control es mal implementado puede generar censura, tiranía y atentar contra la libertad. Personalmente, prefiero ser yo mismo quien tome medidas de control y prevención y no mi estado”.
Patiño, por su parte, dijo que la ‘cibersoberanía’ “funciona bien cuando los gobiernos apelan a defender el territorio y las personas ceden algo de su privacidad para sentirse seguros”.
El problema radica, según el experto, cuando esa acción muta hacia la desconfianza en todo aspecto: “Si no hay un balance, se crearán feudos tecnológicos, por eso es vital que se hagan consensos sobre el uso de internet y políticas que regulen comportamientos ‘cibersoberanos’.
Redacción APP