Antes distinguíamos entre el mundo real y el digital, pero, a día de hoy, el mundo real es el digital». La sentencia, de la socia de Cuatrecasas (y exvicepresidenta del Gobierno) Soraya Sáenz de Santamaría, refleja cómo saber manejarse en la red ya no es opcional para nadie, tampoco para las empresas. El entorno digital, no obstante, no es una zona sin ley. Es cierto que no está completa y perfectamente regulado, pero eso no quiere decir que las compañías no deban adoptar una serie de pautas para minimizar los riesgos legales que conlleva interactuar en él.
Cómo sumergirse en las redes sociales sin exponerse jurídicamente (o hacerlo lo menos posible) fue el tema central del coloquio que el pasado jueves se celebró en Cuatrecasas. Durante el encuentro, en el que intervinieron representantes de Banco Santander, Mapfre y Securitas Direct, se expusieron diez pautas para que las compañías eviten sustos.
Conocer el canal
La primera recomendación es conocer el canal. «WhatsApp, por ejemplo, no es una red de comunicación entre empresas. La información que allí se vuelca puede ser utilizada por la app», advirtió Carlos Relloso, head of digital comms & social media manager de Banco Santander. Muchas compañías, de hecho, redirigen comunicaciones que reciben a través de las redes sociales a sus call centers por seguridad.
Protección de datos
Un segundo factor a tener en cuenta es la normativa de protección de datos. Por un lado, los empleados que manejen las redes sociales deben ser muy cuidadosos con la información que suban a las mismas de sus clientes; de lo contrario, pueden verse expuestas a fuertes sanciones. Por otro, hay que advertir y educar a los clientes en no publicar información que pueda comprometerles. «A veces, los usuarios difunden datos que ponen en riesgo su propia seguridad», relató Laura Gonzalvo, dircom de Securitas Direct.
Material audiovisual
La compañía que publique fotos o vídeos que no sean de producción propia debe ser consciente de que es un material sujeto a derechos de autor, y que las autorizaciones tienen una limitación espacial y temporal. «Los derechos se ceden para un país y por un tiempo determinado», subrayó Jorge Monclús, asociado sénior de Cuatrecasas.
Las reglas de la publicidad
Monclús también recordó que la actividad publicitaria a través de las redes sociales está sujeta a la normativa que regula esta actividad. Así, la publicidad debe identificarse como tal, permitiendo conocer al anunciante. Unas reglas que, como incidió Albert Agustinoy, socio de Cuatrecasas, se endurecen si los destinatarios son menores.
‘Influencers’
Las compañías que empleen influencers deben ser conscientes de que la responsabilidad derivada de su mala actuación puede trasladarse a la organización. De hecho, existen precedentes de sanciones a compañías porque el influencer se ha saltado las reglas de la publicidad en sus publicaciones.
Imágenes de empleados
Otra de las iniciativas que puede volverse en contra de la compañía, a pesar de haberse tomado con la mejor intención, es la utilización de imágenes de los empleados para campañas de marketing. Si la empresa lo hace sin haber obtenido el consentimiento expreso del trabajador, podría estar vulnerando su derecho a la propia imagen y este podría actuar contra ella.
Formación
Al igual que los influencers, los empleados también pueden comprometer a la empresa con su actividad (tanto en las redes de la compañía como en sus propios canales privados). Por ello, resulta clave la formación previa y el establecimiento de protocolos de actuación. En el control laboral de la actuación de los trabajadores, no obstante, la organización debe respetar derechos como la libertad de expresión o la privacidad.
Ataques externos
En otras ocasiones, los riesgos son externos: que un tercero emplee de forma ilícita la propia marca, se suplante la identidad de la compañía o se difundan fake news sobre la misma. En estos casos, los expertos recomiendan monitorizar en tiempo real todo lo que sucede en la red para poder analizar cada caso y tomar la mejor decisión.
Mismos protocolos
Jaime Valverde, head of social media de Mapfre, apuntó que el 85% de las quejas que recibe su compañía a través de las redes son por sucesos sin cobertura. Sin embargo, los usuarios les amenazan con «hacer ruido» en internet para dañar su reputación. En este sentido, y al igual que Laura Gonzalvo, ambos apostaron por aplicar los mismos protocolos, ya sea una reclamación hecha en un canal público o privado. «Las reglas deben ser las mismas», afirmó Gonzalvo.
Relación con la plataforma
A pesar de demandar una mejor regulación y mayor implicación de las plataformas para luchar contra las malas prácticas, Gonzalvo también recomendó a los asistentes saber que pueden dirigirse a ellas para abordar los conflictos que surjan en la red.
UN ENTORNO COMPLEJO
Siete menciones al minuto. La labor de los encargados de las redes sociales no es en absoluto sencilla. Como relató Carlos Relloso, de Banco Santander, ellos reciben entre seis y siete menciones cada minuto. “Es bastante estresante”, remarcó, porque por cada una de ellas deben evaluar qué impacto tiene; aunque, como es lógico, no siempre se toma la decisión de intervenir. En el caso del banco, cuenta con 292 perfiles en redes sociales en todo el mundo. “Nos ha pasado que un compañero denuncie otro perfil pensando que es falso”, desveló.
Asesoría legal preventiva. En el caso de Securitas Direct, el equipo que gestiona las redes sociales está compuesto por diversos perfiles: expertos en comunicación, en atención al cliente y abogados internos. El objetivo es “maximizar las oportunidades y minimizar los riesgos de forma preventiva”, explicó Laura Gonzalvo.
Fuente: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/06/24/legal/1561388901_330127.html